NOTAS SOBRE LA CONFERENCIA “EL VINO Y SU INFLUENCIA EN
LAS TRES CULTURAS” PRESENTADA POR EL ENÓLOGO DON ANTONIO GARZÓN SIMÓN
*Aclaración. Este texto está basado en la Conferencia
expuesta por Don Antonio Garzón Simón dentro de la programación de la IX
Edición de los Encuentros entre Culturas, Montánchez 2014. No se tratan de
palabras textuales del autor, si no de un intento de recopilación de los
elementos más importantes de la misma.
Si nos remontamos al origen del vino tendríamos que
retroceder unos 5000 años y trasladarnos a las regiones caucásicas para
conocerlo. Para que se produzca la fermentación del vino es necesaria una serie
de elementos y condiciones que de forma casual se daban en ese momento. Entre
los elementos imprescindibles para que ocurriera una fermentación espontánea
tenemos dos; la existencia de la planta y el fruto de la “vitis vinífera, trepadora”
conocida como vid y la existencia de levaduras, que no son más que hongos
microscópicos que se encuentran de forma natural en los hollejos.
Rápidamente el mosto-vino llama la atención del hombre
por las siguientes cualidades; mitiga la sed, es agradable a los sentidos y
beneficioso para la salud (tónico, rubefaciente, estimulante de los sentidos,
cardiosaludable, antioxidante y alimento). Los datos más antiguos de consumo de vino
datan del año 2000 antes de Cristo, en lo que se considera el primer libro de
la historia, El Poema de Gilgamesh,
con la siguiente frase:
“ El hombre salvaje alcanza su total
humanidad al comer pan y beber vino”
A
continuación, vamos a ver como todas las civilizaciones a lo largo de la
historia han consumido vino u otro tipo de bebidas fermentadas. Basándonos en
tres culturas imprescindibles como son la musulmana, la judía y la cristiana.
En el siglo
VII emerge desde Medina y La Meca una nueva religión, el Islam, de rápida extensión cuyo fundador fue Mahoma. El Corán en
sus inicios no prohíbe beber vino si no emborracharse. De hecho, se sabe por
medio de la tradición oral, que Mahoma bebía bebidas fermentadas a base de
frutos como el dátil. Después de la muerte del profeta, sus discípulos escriben
el primer Corán que se va retocando por juristas y teólogos hasta llegar al actual
que proviene del siglo X. Quien prohíbe el consumo de vino son los preceptos
religiosos, estos están influenciados por consideraciones proféticas, jurídicas
y coránicas que los gobiernos emplean a su antojo. Es probable incluso que en
época de exceso de consumo obligaran a tomar medidas a sus dirigentes. A partir
de ahí, son utilizados una serie de argumentos como que el vino es malo porque
no permite el control de las pasiones, ni la continencia, ni el respeto, ni la
rectitud… en definitiva no es tanto el pecado en si como que está asociado a
consideraciones negativas y se termina prohibiendo.
Con la
extensión del imperio Musulmán llegan a España en el año 1711, constituyendo Al
Andalus. Se inicia un periodo de convivencia entre musulmanes, cristianos y
judíos. En España el consumo del vino
estaba generalizado como en toda la región mediterránea, con la implantación
del reino de Al Andalus se permitía el consumo de vino a cristianos y a judíos,
a pesar de las prohibiciones religiosas todas las clases andalusíes bebían vino
como demuestran la conservación de poemas de la época relacionados con el vino
(vinos de arrope, vinos dulces de Málaga…) Esta permisividad va variando según
las épocas y mandatarios. En las épocas más estricta a los cristianos y judíos
se le subían impuestos y a los musulmanes se les castigaba más duramente. Como
ejemplo de mandatario más duro encontramos Al Hakan II que mandó arrancar las
viñas, a pesar de que sus consejeros le explicaron lo inútil de esta acción
pues se podían hacer fermentaciones con otras frutas.
En la
actualidad, la permisividad del mundo musulmán con el vino varía en función de
los países, mientras que en lugares como Afganistán está totalmente prohibido
en lugares como Turquía está autorizado.
En la cultura judía el consumo de vino es elevado
a ritual. En los ritos judíos se comienza ante una copa de vino, en el sábat
(día sagrado de la semana judía) hay que tomar copas de vino en periodos
determinados, 4 copas en la pascua, dos en las bodas, una copa en la
circuncisión etc. EL cumplimiento de estas normas varía como en toda religión y
va desde casi nulo o nulo en los judíos seculares hasta su estricto
cumplimiento en los judíos ortodoxos.
Existe una
norma en cuanto al consumo de vino por parte de la comunidad judía ya que no se
puede beber vino con “gentiles”, es decir, con personas ajenas al judaísmo. Los
judíos deben beber vino kosher, vino para los judíos hecho por los judíos,
nadie ajeno a las personas encargadas puede tocar nada, si es tocado por
gentiles se considera una ofrenda o libación a dioses paganos. Al fin y al cabo
una forma de controlar el trabajo y el poder.
Por último,
nos queda la religión cristiana,
donde el vino es religión y no hay ninguna prohibición estricta, de hecho en la
biblia podemos encontrar más de 200 referencias al vino, entre las que destacan
las bodas de Caná o la última cena. Pero es en la eucaristía donde el vino
alcanza su mayor transcendencia.
Las órdenes
religiosas han desempeñado un papel muy importante en el desarrollo del mundo
del vino destacando las órdenes de Cluny y Cister. De hecho la revolución
vinícola producida es impulsada en 1112
por Bernardo de Fontaine, de la orden del cister borgoña. Con esta revolución
se pasa de un cultivo donde no importa la calidad al inicio de selección de
plantas, variedades, control de la fermentación… Entre los aportes de las órdenes religiosas
al mundo del vino también destaca Don Perignon en la Abadía de Hauvillers en el
año 1700 en el que se descubre el champagne.
Después de esta
importante labor, el vino pasa a manos de viticultores y enólogos como
conocemos hoy en día.
Para
finalizar, el autor de la conferencia Don Antonio garzón Simón hace esta
referencia al apocalípsis.
“El vino
creo que perdurará siempre, hay una profecía en la biblia en la que el tercer
jinete del apocalípsis, monta un caballo negro, montado poe el jinete del
hambre. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ven
y mira, y vi un caballo negro y oí una voz en medio de los cuatro vientos que
decía dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un
denario. Pero el vino no lo toquéis”
Fin
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